Se halla en ruinas, aunque se conserva su puerta ojival que presenta grandes dovelas, varios arcos apuntados de las ventanas y la entrada que presenta bóvedas de nervadura gótica antiguamente rematadas por rosetones, desaparecidos.
Esta mención concuerda con otras del siglo XIII que hacen referencia al castrum de Bélgida.
[2][3][1] Tras la Reconquista aragonesa, el señorío pasó a Bernardo de Bellvís, cuya familia estableció en Bélgida su sede principal.
La baronía fue vendida por Francisco Bellvís de Centelles al Cardenal Luis Juan Milá, propietario durante cuarenta y seis años.
A partir del siglo XVI, el castillo-palacio dejó de ser habitado por sus señores, iniciando su decadencia que se aceleró a partir de fines del siglo XIX hasta su desaparición casi completa.