Toxoalbúmina

Los frutos maduros que tienen una pulpa carnosa son usualmente sabrosas y comestibles y carecen de toxalbúminas, suelen estimular la ingestión y la consiguiente distribución de semillas que tienen una capa lo suficientemente resistente para sobrevivir a su paso por el sistema digestivo de un herbívoro o frugívoro.

[5]​[6]​ Al ser soluble en agua, la ricina no está presente en aceites extraídos.

Hay una gran variación en la sensibilidad a la toxina, y una dosis letal puede ser tan pequeña como dos millonésimas del peso corporal.

[7]​ Fueron descriptas por primera vez cerca de 1890 por Ludwig Brieger (1849–1919) y Sigmund Fraenkel (1868–1939), asociados del químico orgánico Eugen Baumann.

[8]​ Las toxinas presentes en hongos venenosos tales como Amanita phalloides son bastante diferentes a las toxoalbúminas y son mayoritariamente metabolitos secundarios o amatoxinas que no se degradan fácilmente bajo la aplicación de calor.

Semillas de Jatropha curcas .