por lo que entre aquellas «mujeres de los escombros » abundaban viudas con uno o dos hijos.
El trabajo principal consistía en desmontar los restos de edificios, y se llevaba a cabo con cabestrantes manuales o picos; rara vez se utilizaba tecnología más avanzada.
Tras esto, había que desmontar los trozos de muro sin romper los ladrillos, para poder reutilizarlos en reparaciones y nuevas construcciones.
Los ladrillos se transportaban a mano desde las ruinas hasta la acera mediante una cadena humana, como aparece en fotografías y películas de aquella época.
exigió una ayuda masiva a Berlín, el pleno reconocimiento de estos logros, con las siguientes declaraciones:Nuestras mujeres han sido las que con sus manos desnudas han liberado nuestras calles de peligros mortales y de escombros.
En los distritos urbanos, como Mitte, Kreuzberg, Friedrichshain, Prenzlauer Berg, Tiergarten y Wedding, esta cifra alcanzaba el 30%.
Con ello se debía honrar a las numerosas personas anónimas que trabajaban entre los escombros.
En el 2001, debido a una iniciativa del club Verein figürliches Glockenspiel im Alten Rathaus-Turm zu Chemnitz e.V, fundado en 1998, apoyada por numerosos donantes de Chemnitz, se puso en marcha un carrillón compuesto por un total de 25 campanas.
El escultor Johannes (Hannes) Schulze fue el diseñador de estas figuras, que se forjaron en la fundidora Rudolf Perner Karlsruhe und Passau.