Se trataba de aquel traje vinculado con actos sociales profanos a los que acudía la mujer, como reuniones en salones y teatros.
[1] Las mujeres del romanticismo reservaban para estas ocasiones vestidos escotados y tejidos más delicados.
Los trajes de las jóvenes tenían ciertas licencias en cuando a sus adornos, basados en cintas, galones y flores.
A veces puede incluir un corsé para conseguir el efecto deseado de una cintura más estrecha y figura esbelta.
Solían tener un escote de tipo barco, adornado por una berta, que hacía el conjunto más rico y llamativo.