Físicamente, las transcripciones eléctricas se parecen mucho a los populares durante décadas discos LP.
Tenían un audio de mayor calidad que el disponible en las grabaciones al alcance de los consumidores,[2] en gran parte porque tenían menos artefactos sonoros que las grabaciones comerciales.
Siguieron otras estaciones, hasta que más de 100 lo hicieron, en gran parte porque "este nuevo tipo de grabación hizo la programación más flexible y con mejor sonido".
[6] Generalmente se le atribuye a John R. Brinkley (un falso doctor perseguido por sus prácticas médicas fraudulentas, metido a empresario radiofónico) el mérito de ser el primero en proporcionar transcripciones eléctricas para utilizarse en las estaciones de radio.
Normalmente, una emisora no era propietaria de los discos, y "se alquilaban durante el tiempo que [la] estación pagaba las tarifas necesarias".
[3] Esas tarifas normalmente oscilaban entre los 40 y los 150 dólares por semana para ocho programas de 15 minutos.
Brewster y Broughton, en su libro "Last Night a DJ Saved My Life", escribieron que "(las transcripciones) disminuyeron la dependencia del locutor/disc jockey´, y debido a que se producían específicamente para su transmisión, evitó los litigios de las compañías discográficas".
En otras palabras, estarán diseñadas para vender el producto o servicio de un patrocinador".
[25] Antiguamente, las transcripciones eléctricas se usaban a menudo para grabar programas en la radio.
[6] Capitol Records, más conocida por sus populares grabaciones, también contaba con un servicio de transcripción.
Un anuncio en la publicación comercial Broadcasting preguntaba en un titular si el lector estaba "encontrando difícil vender tiempo (de emisión)".
El texto del anuncio hacía mención a 3000 canciones (se agregaron más mensualmente), de Peggy Lee, Jan Garber, Johnny Mercer y otras "estrellas principales", y añadía que "más de 300 estaciones ya lo usan".
El misterio, el drama y otros géneros se distribuyeron mediante transcripción.
Al menos dos dramas transcritos, I Was a Communist for the FBI y Bold Venture, se distribuyeron entre más de 500 estaciones.
Las ofertas de transcripción de la NBC[29] incluyeron Aunt Mary (una telenovela), The Haunting Hour (un misterio psicológico), The Playhouse of Favorites (un drama) y Modern Romances.
[21] Los anunciantes encontraron útiles las transcripciones eléctricas para distribuir sus mensajes a las estaciones locales.
"Los anuncios publicitarios se produjeron y distribuyeron fácilmente por todo el país mediante transcripción eléctrica", como una alternativa a la publicidad simultáneamente radiada desde una cadena de emisoras.
[31] La Segunda Guerra Mundial trajo un nuevo uso para las transcripciones eléctricas: el almacenamiento de material sonoro para transmitirlo a los miembros del ejército.
La American Forces Network comenzó a usarlas durante la guerra y continuó haciéndolo hasta 1998.
Este es la conocida grabación en la que se le oye decir: "oh, the humanity" (¡oh, la humanidad!
Cuando se escucha en su totalidad y a la velocidad correcta, el informe sigue siendo un documento dotado de una gran expresividad.
A veces se le llama transcripción de emisión o transcripción de radio o se le conoce como plato, a veces también se le llama simplemente transcripción eléctrica, generalmente abreviado entre los profesionales de la radio como ET (por las siglas del término en inglés Electric Transcription).
La etiqueta generalmente indicaba si el disco tenía el inicio en el interior o el exterior del surco.
Si no existía tal notación, se asumía que comenzaban en su lado externo.
Hacia 1952, una demanda aún menor dio lugar a negociaciones para que un porcentaje de las ventas brutas reemplazase la tarifa plana.