Transmisión aérea

[2]​ Las enfermedades que pueden transmitirse por el aire incluyen muchas de considerable importancia tanto en la medicina humana como en la veterinaria.

Los patógenos relevantes pueden ser virus, bacterias u hongos, y pueden transmitirse al respirar, hablar, toser, estornudar, levantar polvo, rociar líquidos, tirar de la cadena o cualquier actividad que genere partículas o gotitas de aerosol.

[9]​ Los patógenos o alérgenos transportados por el aire, a menudo, causan inflamación en la nariz, garganta, senos nasales y pulmones.

Se dice que los contaminantes influyen en la función pulmonar aumentando la inflamación de las vías respiratorias.

La humedad relativa juega un papel importante en la evaporación de las gotas y la distancia que alcanzan.

[16]​ Mantener la humedad relativa interior mayor al 40% reducirá significativamente la infectividad del virus en aerosol.

Una humedad ideal para prevenir la transmisión viral respiratoria por aerosoles, a temperatura ambiente parece estar entre el 40% y el 60% de HR.

[25]​ La exposición a un paciente o a un animal con una enfermedad transmitida por el aire no garantiza contraer la enfermedad, ya que la infección depende del sistema inmunológico del huésped y de la cantidad de partículas infecciosas ingeridas.

[25]​ Se pueden usar antibióticos para tratar infecciones primarias bacterianas transmitidas por el aire, como es el caso de la peste neumónica.

Póster que describe algunas precauciones para evitar las infecciones por transmisión aérea en entornos sanitarios. Está concebido para ser colocado en la entrada de las habitaciones de los pacientes con una infección que se pueda propagar por el aire a través de gotas respiratorias. [ 1 ]