Sus características incluían un patrón persistente de síntomas severos e inapropiados para desarrollo, tales como falta de atención, hiperactividad e impulsividad observados en diferentes contextos (por ejemplo, el hogar y la escuela), que perjudicaban significativamente el rendimiento académico, social y laboral.
[2] Las personas hipercinéticas mostraban un nivel de actividad desorganizado, mal controlado y excesivo; carecían de perseverancia en las tareas que requerían razonamiento y atención y tendían a pasar de una actividad a otra sin completar ninguna.
Con frecuencia eran propensos a los accidentes, imprudentes e impulsivos y podían incumplir las normas de forma irreflexiva (pero no desafiante).
Mientras que los niños hipercinéticos solían ser incautos y poco reservados con los adultos, es posible que se aislaran y fueran poco populares entre los demás niños.
[1] Una vez que el paciente y la familia hubieran sido informados sobre la naturaleza, gestión y tratamiento del trastorno, y tras haberse tomado la decisión de tratarlo, el Grupo Europeo de Directrices sobre el TDAH (European ADHD Guidelines group)[6][7] recomendaba como primer enfoque terapéutico la medicación en lugar del entrenamiento conductual.