Tras las independencias de la República Peruana y el Imperio del Brasil, ambos países entablaron rápidamente relaciones diplomáticas.
Ese mismo año, el gobierno peruano nombró a José Domingo Cáceres como cónsul general en Río de Janeiro, quien propuso un tratado de límites, que nunca llegó a ser redactado.
[1] No obstante, el desinterés peruano posterior por sus posesiones amazónicas y el interés brasileño por el avance y consolidación de sus posesiones en los afluentes del Amazonas pospusieron la definición de la frontera.
Así, durante el gobierno de José Rufino Echenique, el canciller peruano Bartolomé Herrera inició negociaciones con el nuevamente nombrado encargado de negocios brasileño Duarte da Ponte Ribeiro.
El propósito central de Herrera era lograr la libre navegación por el Amazonas, más aún considerando que el tratado de San Ildefonso atribuía dicho derecho en exclusiva a los brasileños.
En la segunda parte del tratado (artículo 8), se reconoció el principio del uti possidetis y se delimitó el primer tramo de la frontera de ambos países: una línea recta desde la desembocadura del río Apaporis en el río Yapurá hasta Tabatinga (la línea Apaporis-Tabatinga) y el río Yavarí.
Al año siguiente, Paz Soldán falleció tras explorar la desembocadura del río Apaporis en el Caquetá, siendo reemplazado por Guillermo Black.
Colocaron un hito con la inscripción: Sigue la frontera al norte hasta el Yapurá, en la línea que va á encontrar la boca del Apaporis.En una nueva reunión de la comisión peruano-brasileña, el 25 de agosto de 1872, Rouaud y Paz Soldán y von Hoonholtz se encontraron en la boca del Apaporis, donde calcularon las coordenadas 1°31′20″S 69°24′25″O / -1.52222, -69.40694.
hasta el otro marco de la margen derecha del río Yapurá.Los comisarios determinaron que la línea fronteriza cruzaba dos veces el Putumayo entre los hitos colocados en ambas márgenes.