Sin embargo, sondajes posteriores demostraron que, en ciertos tramos, este no constituía el canal de mayor profundidad —el verdadero canal principal natural—, por lo tanto, el que debía delinear el límite.
Si se seguía el criterio de uso y costumbre de delimitar por el más profundo, algunas islas debían cambiar la jurisdicción que tradicionalmente se había respetado.
[1] En un intento por obtener una solución definitiva, en enero de 1916 el gobierno del Uruguay propuso a su par de la Argentina un convenio mediante el cual se estipule que se adoptaba la línea del thalweg o vaguada como apoyo para el límite jurisdiccional argentino-uruguayo en el río Uruguay.
Esta propuesta fue aceptada por la contraparte argentina, ya que concordaba con la opción más ventajosa para ese país,[2][3] por lo que el 28 de septiembre de 1916 fue firmado el tratado Brum-Moreno, por Baltasar Brum (por entonces canciller del Uruguay) y Enrique B. Moreno, el ministro argentino en Montevideo.
[5] Sin embargo, este tratado no logró la sanción legislativa en el Uruguay, a causa de que el partido blanco uruguayo se opuso,[6] especialmente de Luis Alberto de Herrera[5] (y lo que luego sería el herrerismo), por lo que no llegó a recibir la ratificación del congreso argentino.