El Tratado de Londres (en inglés: London Convention) fue un firmado en 1884 entre Reino Unido y la República Sudafricana.
A petición del Volksraad del Territorio de Transvaal, el nombre se restableció como República Sudafricana.
El resultado principal de la Convención de Londres fue que se modificó la soberanía británica sobre la República Sudafricana.
La Convención de Londres estipuló que la República Sudafricana tenía derecho a celebrar un tratado con el Estado Libre de Orange sin la aprobación de los británicos.
Cualquier otro tratado con cualquier otra nación requeriría la aprobación de los británicos, siempre que estos no tardaran más de seis meses en notificar a la República Sudafricana dicha aprobación o rechazo.