Las condiciones pactadas por Felipe, que incluían la cesión española de la zona sur del reino, fueron rechazadas por Fernando, con lo que el tratado quedó sin efecto.
Felipe mantenía buenas relaciones con Luis XII de Francia.
A finales de 1502 Felipe partió hacia sus posesiones en Flandes viajando a través de Francia, con poderes limitados otorgados por sus suegros para negociar con el rey francés la paz en Nápoles.
En el transcurso de las negociaciones Felipe sobrepasó los poderes otorgados por los reyes católicos y se avino a firmar unas condiciones distintas a las indicadas por Fernando, en contra del consejo de Bernardo Boyl, que el aragonés había enviado con él para asegurarse de que los acuerdos se ajustasen a sus instrucciones.
Fernando II de Aragón rehusó ratificar un acuerdo en el que perdía la mitad sur de Nápoles, y propuso a su vez que el reino fuera restituido en su totalidad a Federico I a cambio de terminar la guerra; Luis XII rechazó esta propuesta[8] y el tratado quedó sin efecto, continuando ambos bandos en guerra hasta principios de 1504.