[1] Las negociaciones prosiguieron sin éxito a lo largo de 1919, en los que se sugirieron varios tratados que reducían al mínimo las concesiones territoriales a Italia y establecían Fiume como una ciudad-estado independiente dada el privilegiado posicionamento para el comercio balcánico de su puerto.
El gobierno italiano (...) se negó a incorporar la ciudad al reino por temor a enemistarse con franceses, italianos y estadounidenses por lo que se estableció un gobierno temporal de corte proto-fascista conocido como la Regencia de Carnaro.
Las políticas de Zanella se enfocarán en reducir la influencia que el gobierno italiano ejercía sobre la ciudad causando malestar en la mayoría étnica italiana que provocaron varias oleadas de violencia y fundara un Comité de Defensa Nacional.
Los disturbios no besaron y finalmente el 3 de marzo de 1922 el Comité inició una insurrección que obligó a la renuncia de Zanella y a que se les cediera el poder, nombrando a Attila Depoli como jefe provisional del estado.
Siendo inmediatamente ratificados por la comunidad internacional, que buscaba apaciguar las ambiciones expansionistas italianas.