Surgió como una tradición oral y existe en muchas variantes, se originó en el Renacimiento, en forma de un poema latino, sin embargo la versión más antigua hallada es en inglés.
[2] Su sistema imperfecto y la manipulación política de la intercalación hicieron que se desalineara en gran medida con el año solar.
Junius Aprilis September et ipse November Dant triginta dies reliquis supadditur unus De quorum numero Februarius excipiatur.
[12] En español e italiano se ha conservado esta forma, abandonada en Estados Unidos y Gran Bretaña en favor de la que empieza con septiembre.
[13] Continúa enseñándose en las escuelas a medida que los niños aprenden el calendario, aunque otros emplean la mnemotecnia de los nudillos en su lugar.