[1] Los primeros estudios para construir un enlace ferroviario de ancho ibérico entre Alicante y Denia empezaron en el año 1864, pero no se concretaron en propuesta alguna.
La iniciativa fue del abogado y emprendedor alicantino Juan Bautista Lafora, que mantuvo en espera su proyecto durante años.
A continuación, el proponente pidió nuevos permisos para realizar estudios de detalle en los tramos Alicante-Villajoyosa y Altea-Denia.
Además, otros problemas se añadieron, como la huelga de los trabajadores empleados.
Una vez incluido, José Carbonell solicitó y obtuvo de nuevo la concesión.
La subasta se declaró desierta pero, finalmente, el 27 de septiembre el tramo fue adjudicado a Boffinet, Solms y Cía, sociedad que tenía como gerente al propio Carbonell.
[4] Sin embargo, el perfil de la línea no era excesivo en diferencias de altitud, siendo los puntos más bajos del recorrido Alicante o Denia y llegando al máximo desnivel en Benisa con 182 m s.n.m.
[12] Finalmente, en marzo de 1914 ya circulaban por toda la línea las primeras locomotoras.
[14][15][16] En Alicante ciudad, la línea partía desde la Estación de La Marina, construida al efecto.
En aquellas fechas hubo varios accidentes y descarrilamientos sucesivos, por lo que la prensa pedía responsabilidades.
Como la línea Carcagente-Denia ya estaba desde 1943 gestionada por EFE, se abrió la posibilidad de ofrecer servicios conjuntos.
Al cerrarse muchas otras líneas gestionadas por FEVE, y mantenerse en servicio el Trenet, pudo recuperarse material sobrante para la explotación.
En el momento del traspaso, la línea Alicante-Denia tenía 92,725 km de longitud, en vía única y sin electrificar.
Los primeros años no se realizaron cambios importantes, sólo algunos cosméticos para capear el mal estado de la explotación.
El llamado Limón Exprés era un tren de época utilizado con fines turísticos.
Sin embargo, con el tiempo el recorrido se limitó a ida y vuelta a Gata de Gorgos, una localidad no tan frecuentada por los turistas pero muy reconocida por sus vinos y su artesanía.