En principio pensada para ser un proyecto de dos volúmenes, Tu rostro mañana terminó siendo una novela de unas 1.592 páginas, tres volúmenes y siete partes: Fiebre, Lanza, Baile, Sueño, Veneno, Sombra y Adiós.
Tras una reciente separación matrimonial, Jaime Deza se encuentra viviendo en Londres y trabajando para la BBC.
Sin embargo, en la cena, Deza apenas alcanza a hablar con él porque otro español, Rafita de la Garza, se le pega como una lapa.
Tras la cena, Wheeler le pregunta a Deza por su conversación con Tupra y acerca de la mujer con quien había venido acompañado este último.
Deza acepta por petición explícita de Wheeler y termina por incorporarse al equipo de Tupra, dedicado a hacer informes para intereses indeterminados, en un edificio sin distintivos, ya fuera mediante entrevistas, traducciones, observando tras un cristal o haciendo interpretaciones.
Deza pregunta de qué murió, pero Wheeler le pide posponer la historia para otra ocasión.
Debido a esto, una noche de lluvia, se siente perseguido durante varias manzanas.
Para comprobarlo decide detenerse dos veces, y la segunda descubre que lo sigue una mujer con un perro.
Piensa que a lo mejor él y la mujer simplemente han compartido trayecto durante mucho rato, pero después de un tiempo mirando hacia la plaza, visible desde su departamento, nota que la mujer se acerca a su edificio y llama al timbre.
Tupra ordenó a Deza que la localizara y le sugirió buscarla primero en los baños.
Deza explicó que lo presenciado le pareció excesivo, y preguntó dónde había aprendió Tupra a hacer tal cosa.
Tiempo después decide visitarlo para disculparse pero De la Garza entra en pánico y Deza termina por retirarse.
Poco después, tras acompañar a Tupra en algunos viajes por Inglaterra y Alemania, Deza se toma dos semanas de vacaciones para visitar su ciudad, Madrid.
Deza encuentra alguien con sus características en el Museo del Prado, lo sigue y comprueba que se trata de quien esperaba.
Deza decide quitar a Custardoy del cuadro, así que lo amenaza con una pistola vieja, no registrada ante la policía, pero le perdona la vida de último momento.
En el avión de vuelta a Inglaterra Deza lee en un periódico que una de las personas que interpretó mató a un joven ruso o búlgaro exactamente como había vaticinado y decide dejar el grupo.