Reciben este calificativo porque la cámara funeraria se estrecha en un extremo (por lo general disminuye tanto en altura como en anchura, de este a oeste), produciendo una forma de cuña en cuanto a su elevación.
Una antecámara está separada de la zona de enterramiento por una simple jamba o jumbral, y la entrada, generalmente, mira hacia el oeste.
Estaban cubiertas a menudo por cairns, lo que podría hacerlas redondas, ovaladas o en forma de letra "D", a menudo con un bordillo, o peristalítico, que los rodeaban.
Las tumbas en cuña se construyeron entre finales del Neolítico irlandés (ca.
En la primera década del siglo XXI se conocían entre 500 y 550 tumbas en cuña en Irlanda,[2] y se encuentran predominantemente en el oeste y el noroeste de la isla.