Su población se ha visto mermada en los 30 años debido a la reconversión minera, siendo anteriormente en núcleo económico muy próspero.
En la zona urbana está la iglesia de Santa Eulalia cuyas portadas datan del siglo XII, declarada Monumento Artístico-Histórico en 1923 y Bien de Interés Cultural.
Ujo fue también un importante nudo ferroviario al contar con un gran taller de locomotoras, hoy abandonado, construido en 1924 y que incluida numerosas viviendas para ferroviarios en sus torres.
Ujo, cuyo nombre deriva de la palabra latina vulgar ustium (en lugar del clásico ostium, significando ‘entrada’ o ‘salida’), aparece también en Asturias bajo forma de Ucio (Ribadesella).
En cualquier caso , y al margen de las cuestiones toponímicas, lo que sí está claro es que ambos lugares fueron asentamientos romanos, o a menos, lo suficientemente romanizados como para llevar este nombre.