La umrah se puede realizar junto con el hach y también en otros días.
La umrah es considerada a veces la "peregrinación menor," en tanto que no es obligatoria, pero aun así altamente recomendada.
La umrah mufradah (lit. "sola") se refiere a la que se realiza de forma independiente al hach y que puede llevarse a cabo en cualquier momento durante el año, excepto durante los días del hach.
La persona que realiza este tipo de umrah debe usar Ihram con la intención de Umrah y Hach, y ambos deben realizarse en el mismo Ihram.
La persona no puede dejar Ihram hasta que se completen tanto la umrah como el hach.
Más precisamente, los rituales de la umrah se realizan primero y luego los del hach.
El hach debe realizarse en el período de tiempo prescrito, es decir, los meses del hach, y aún más específicamente, los ritos principales se efectúan en las dos primeras semanas de Du l-Hiyya.
La umrah involucra solo los ritos de Tawaf y Sa’i con Ihram, mientras que el hach implica quedarse en Mina, realizar el rito de Wuquf en Arafat, quedarse en Muzdalifa y arrojar la piedras, así como sacrificar en algunos casos.
Prepare dos piezas de telas blancas lisas que no tengan dobladillos, costuras ni botones.
Sujete el cinturón o los clips alrededor del Izar para evitar que se resbale.
Opte por calzado que deje al descubierto los tobillos y dedos de los pies.
Gire el rostro hacia la alquibla y recite lo que ha dicho en Safa.
Durante el tiempo del profeta Mahoma, los musulmanes se enfrentaron a restricciones para acceder al sitio sagrado de La Meca y, por lo tanto, se les denegó el derecho a practicar las peregrinaciones hach y umrah.
La Meca estaba ocupada por árabes que se dedicaban a adorar ídolos y no estaban listos para aceptar la verdad y la brillantez del Islam, según esta tradición.
En 628 CE, el Profeta Mahoma tomó la decisión de ir finalmente a La Meca para que pudieran hacer la peregrinación.
[2] Sin embargo, el Profeta Mahoma fue misericordioso y, según su personalidad, reclamó el perdón para todos aquellos que ya no deseaban luchar contra los musulmanes y perdonaron incluso a los enemigos más ardientes.
Otra visita recomendable es el Noble Santuario (Haram esh-Sharif) o el Noble Santuario de Jerusalén (al-Ḥaram al-Qudsī al-Šarīf), tercer lugar sagrado de la religión islámica.