Una bala es mi testigo es una película de western mexicana de 1960 dirigida por Chano Urueta y protagonizada por Gastón Santos, Rita Macedo, Jaime Fernández y Mauricio Garcés.
[1][2] Un forastero investiga en un pueblo quién mató a su amigo Enrique Mora para robarle 200 mil pesos y defiende de unos esbirros al "El Profesor", un boticario.
El ranchero Juan, supuesto asesino de Mora, es obligado por el villano Romano a firmar un pagaré.
En la cantina, Romano es golpeado por el antes cobarde Juan al sugerir el villano un romance entre María Rosa y el forastero.
Los villanos rodean el rancho de Juan; Estercita queda a su merced al correr, tropezar y desmayarse, pero su padre, a costa de ser herido, logra que el forastero la rescate.