El copríncipe Joan-Enric Vives, obispo de Urgell, no firmó la ley.
Para que una pareja pudiera registrarse como pareja estable, debía como requisito previo, rellenar un expediente sujeto a evaluación y posterior autorización para poder ser registrado, donde debían demostrar que efectivamente eran una pareja de hecho.
Las uniones civiles serían iguales al matrimonio en todo sentido, no obstante, el nombre con la palabra "matrimonio" fue una de las principales causas de los Demócratas por Andorra de votar en contra de la fallida ley del matrimonio entre personas del mismo sexo.
La ley también elimina las uniones civiles para parejas del mismo sexo, convirtiéndolas automáticamente en matrimonios.
Andorra se convierte en el 33.er país en aprobar el matrimonio igualitario.