[1] La misma es utilizada como base para elaborar guías de consumo para bebidas alcohólicas.
El número de unidades que contiene una bebida se indica en el envase.
Al ser ingerido, el alcohol actúa sobre el cerebro disminuyendo ciertas inhibiciones sociales, el sentido de responsabilidad y la angustia.
Por ello la persona que ha bebido exhibe un comportamiento más desinhibido, disminuyendo la atención sobre las consecuencias de sus acciones.
Por ejemplo, la sidra suele ser más fuerte que una cerveza tipo lager.