[4][5][6][7][8] La llegada de la Cruz y los iconos a la ciudad se produjo en el parque del bulevar, junto a la estatua del papa Juan Pablo II, propulsor de la Jornada Mundial de la Juventud, donde fueron recibidos por el obispo Ramón del Hoyo López y la curia local.
Desde ese lugar, se trasladaron a la plaza de las Batallas, donde se ubicó la primera estación del Vía Crucis.
En la realización del Vía Crucis participaron las quince cofradías y hermandades de la ciudad, once de ellas representando con sus titulares las escenas de las estaciones, mientras que las cuatro restantes, Silencio, Borriquilla, Santa Cena y Vera-Cruz fueron las encargadas de portar la Cruz de los Jóvenes y los iconos durante el recorrido.
[4][5] La decimoquinta estación se llevó a cabo en el interior de la plaza de toros de la Alameda, con todas las imágenes participantes, donde se instaló un altar para celebrar la eucaristía y, una posterior, vigilia[9] de adoración al Santísimo Sacramento en una custodia realizada para la ocasión.
A la conclusión del acto, cada hermandad realizó el recorrido de vuelta a su templo por el camino más corto.