El yacimiento queda a un nivel inferior al de la plaza, aunque la urbanización permite que se vea desde la calle.
[6] Por el contrario, es la necrópolis barcelonesa de esta época encontrada en mejor estado de conservación y mejor estudiada, ya que del resto solo se han localizado restos puntuales y, sobre todo, restos de los monumentos funerarios empleados en la ampliación de la muralla romana[4] en el siglo IV.
[5] Se han identificado 85 sepulturas de diferentes tipos: seis cupae monolíticas, seis aras, una estela, dos losas con inscripción, treinta y tres túmulos (dos de ellos cónicos y el resto cuadrangulares o cupae de obra), diecisiete enterramientos protegidos con tejas y ánforas y veinte enterramientos sin restos de protecciones de ningún tipo.
Esto mantuvo escondidas las piedras y evitó que se reutilizaran como material de construcción.
[1] Entre el 2000 y el 2003 se volvió a excavar, coincidiendo con la última urbanización de la plaza,[5] y en 2008 se inauguró la museización actual.