Comenzó su carrera dirigencial en el club rosarino en 1965, siendo prosecretario de la comisión directiva presidida por Adolfo Pablo Boerio.
En 1970, el escribano (esa fue su profesión) se presentó como candidato a presidente del club de sus amores y ganó las elecciones.
[2] En 1992, tras una crisis futbolística e institucional y disputas con la oposición, presenta la renuncia a su cargo, acompañado por toda la comisión directiva.
El plantel campeón del Nacional 1980, fue diezmado casi por completo producto de malas ventas, y los jugadores que se incorporaron a la institución no dieron el fruto que se esperaba.
Luego del golpe recibido, el escribano Vesco se propuso levantar a Central e insertarlo nuevamente en la primera división argentina lo más rápido posible.