La población domina el pequeño valle que conforma esta rambla y cuyas fértiles tierras se aprovechan para el cultivo.
[1]-[2] El Vía Crucis local, dispuesto a lo largo de la calle principal de la aldea, el camino del cementerio y la ermita -colocado en las fachadas de las casas y pajares, sobre hornacinas, pilones y pilastras-: construido a principios del siglo XX, cabe destacar del mismo la sencillez y colorido de sus cerámicas.
[3] Asimismo su peculiar Cementerio parroquial, construido en la cota baja de la ladera, margen derecha de la rambla del Val, en posición oriental respecto de la aldea.
[4] Por lo que respecta a la arquitectura popular (vernacular), también se puede observar buenas muestras de edificaciones tradicionales en sus estrechas y tortuosas calles, y la antigua escuela, recientemente remodelada.
Su fiesta patronal es el día de san Miguel Arcángel en septiembre.