Está situada en la comarca del Cerrato (Palencia), en la comunidad autónoma de Castilla y León (España), y pertenece al partido judicial de Palencia.
Contaba con una población de cincuenta vecinos, y además poseía un hospital con dos camas, sufragado por el concejo.
[4] Finalmente, en 1785 era denominada Val de Cañas, y seguía perteneciendo al mismo señorío; por esta razón, en la relación del Nomenclátor no figura en el partido de Cerrato.
Fue destinada a misas, dotes para huérfanos, el pago de un maestro de escuela y ayuda para estudios universitarios, teniendo preferencia su propia familia.
Fue fundada con una renta total de 105.261 maravedís anuales, y en 1940 quedó reducida a 2.465 pesetas.
Desde los cerros de la localidad, el comandante-guerrillero Juan Puertas atacó las guarniciones francesas ubicadas en Torquemada y Quintana del Puente.
En aquel año se decretó su anexión al municipio vecino de Baltanás.
Población de derecho (2000-2020) según el padrón municipal del INE
Ha sufrido diversas modificaciones, siendo una de las más importantes la que se llevó a cabo en 1780.
Junto a ella se localiza una necrópolis medieval, y hasta mediados del siglo XX conservaba una tabla flamenca con la “Adoración de los Reyes”.
Rodea la ermita una necrópolis fechada en la época de la repoblación, donde fueron hallados enterramientos del siglo XI.
En una de las esquinas conserva un reloj solar, y en su interior un artesonado del siglo XVII.
En la actualidad sigue perteneciendo a la Iglesia católica y tanto su exterior como su interior se encuentran castigados por el paso del tiempo.
Se sitúan principalmente en la ladera del monte Piyayo, aunque también pueden encontrarse en torno al atrio de la iglesia y otras zonas urbanas.
Se trata de construcciones circulares realizadas en piedra sin ningún tipo de argamasa, cuya puerta orientada climatológicamente hacia el sur, daban cobijo y refugio a los pastores.
En el paraje conocido como Roblecinto, existen también restos de una fortificación similar.
Entre Valdecañas y Villahán se encuentra el despoblado de Sata Ana.
Esta era una importante vía pecuaria para la trashumancia del ganado lanar y que pudiera desplazarse por toda la Península.
La oveja que más abundaba en esta zona valdecañesa era la de la clase churra.
La gastronomía de la localidad tiene similitudes con la palentina, e indudablemente con la castellano-leonesa, destacando por su situación geográfica el queso del Cerrato.
En la época de las tradicionales matanzas, también es posible degustar las jijas, mondongo y otros productos típicos.
Completan su gastronomía las perdices, pichones, liebres y conejos, guisados o en escabeche.
Se rumian los vocablos, que valen como alimento, en forma análoga a como los israelitas se nutrían del «maná» casi etéreo que les caía de las alturas.
También tienen importancia económica en la localidad las explotaciones ganaderas de ganado ovino, de los que se obtiene el conocido queso del Cerrato, así como el vacuno, que se está implantando en la actualidad.