Se encuentra en el área conocida como Campo de Tarragona, junto al río Francolí.
En la actualidad se está construyendo en Valls el Museo Casteller de Cataluña.
Son buena muestra los hallazgos del yacimiento de Picamoixons, entre otros.
En el año 1194, ya está documentada la iglesia parroquial de San Juan.
La villa tenía dos puntos neurálgicos: la iglesia parroquial de San Juan, románica, y el castillo, propiedad del arzobispo, el cual era señor absoluto del municipio desde el año 1391, en que el rey Juan I le vendió su jurisdicción.
Fue en esa época, en el último tercio del siglo XIV, cuando se configuraron los límites de la ciudad antigua al construirse las murallas.
Después del empuje constructor de finales del siglo XVI, el siglo XVII comenzó con crisis constantes que se agravaron con la guerra contra Francia y más tarde con la guerra de los Segadores.
Pasada la guerra la ciudad recobró su pujanza económica hasta principios del siglo XVIII en el que nuevamente se vio acosada, ahora con motivo de la guerra de Sucesión.
En 1709, el archiduque Carlos concedió el título de ciudad a la villa, por los grandes servicios prestados a su causa; un título que Valls perdió al imponerse el rey Felipe V en la Corona española.
Luego pasó a formar parte del Corregimiento de Tarragona desde el 1716 hasta el 1833.
Unos enfrentamientos lógicos si pensamos que la ciudad contaba con una fuerte industrialización, especialmente en el ramo textil, teniendo una repercusión internacional.
Téngase en cuenta, además, que en 1842 Valls llegó a los 16 084 habitantes, por lo que efímeramente se convertía en la cuarta ciudad de Cataluña en peso demográfico, después de Barcelona, Reus y Tortosa.
Unas semanas después, a finales de enero en pleno invierno, tiene lugar la Fiesta de la Calçotada, jornada gastronómica dedicada al producto gastronómico que desde Valls se ha exportado al mundo.
El elemento más singular es el tradicional caramelo rojo de Jueves Lardero (Dijous Gras), que sólo se puede encontrar en Valls.
En este sentido, se conservan misterios del escultor Lluís Bonifaç i Massó, del siglo XVIII, que son de los más históricos que desfilan en Cataluña.
El martes y primer miércoles de agosto se organiza la Firagost: la Fiesta Mayor del Campo Catalán.
Así mismo, la empresa Lavinia Spurna Visual se encargará de los audiovisuales del Museo.