[1] También es una vela de corte y, como tal, el viento puede trabajar en ambas caras.
La escota va atada al puño de escota (como su nombre indica), aunque a veces puede estar fijada en el extremo de una botavara, como en el caso del trabaccolo de la fotografía.
De hecho la botavara no siempre forma parte del aparejo (hay velas al tercio que no la llevan).
La diferencia más notable con las velas occidentales es definitivamente el uso de las características esteras reforzadas por palos de bambú dispuestos más o menos horizontalmente.
Los barcos aparejados con estas velas fueron documentados por Marco Polo en el Miglione.