Los más característicos son, entre otros: el ácido clorhídrico, el sulfúrico, el acético y el oxálico, los fenoles, las lejías.
Los compuestos orgánicos, con toxicidad mucho menor que los inorgánicos, se han empleado en terapéutica , siendo causa a veces de intoxicación medicamentosa.
La intoxicación aguda cursa con intensa gastroenteritis y lesiones hepatorrenales; la crónica evoluciona con melanodermia e hiperqueratosis.
Son típicos en ésta los trastornos neurológicos tales como polineuritis, alteraciones de la sensibilidad y parálisis.
En la industria está muy extendido su uso, produciéndose frecuentes intoxicaciones profesionales; se absorbe, además de por la vía digestiva aludida, por mucosas, piel y pulmón.
El trabajador debe evitar el contacto mano-boca, por lo que no comerá ni fumará sin un previo aseo de las manos.
La intoxicación aguda, más frecuente, cursa con cefalalgia, tos, hipotensión y coma; la necrosis de hígado conduce rápidamente a la muerte.