[1] Fueron fabricadas por la cultura Valdivia, la cual habitó la Costa ecuatoriana durante el período formativo temprano (3800-1500 a. C.).
[5] Sin embargo, este nombre ha recibido críticas por arqueólogos modernos, argumentando que este nombre implícitamente indica que estas figurillas habrían estado relacionadas con la belleza femenina, lo cual no necesariamente es verdad.
[5] Adicionalmente, no todas las figurillas son femeninas, pues también las hay masculinas, asexuadas e intersexuales.
Tras esto, en ocasiones se les daba un acabado alisado o pulido mediante el uso de pequeñas piedras.
Sin embargo, es un hecho generalmente aceptado el que las figurillas fueron objetos ceremoniales, usados durante rituales chamánicos.
[12] Otra teoría dice que los chamanes Valdivia las utilizaron en ceremonias sanadoras para curar enfermedades causadas por malos espíritus.