Nació en esta ciudad, cuyo padre tenía un negocio de importación, transcurriendo su infancia entre Estados Unidos, Alemania y Japón.
Durante la Primera Guerra Mundial, mientras su marido luchaba en el frente, Vera Leisner trabajó como enfermera en un hospital de Múnich.
[3] En 1924, tras un viaje de siete meses por Italia, visitando monumentos y ruinas históricas, los Leisner decidieron dar un giro radical a sus vidas.
Ello le permitió confirmar la cronología neolítica frente a las teorías difusionistas que suponían su origen en una colonización desde el Mediterráneo oriental.
Con el soporte de la Fundación Calouste Gulbenkian fue catalogado y digitalizado todo el archivo Leisner, que desde 2013 está accesible en red.