Si bien, las primeras denuncias en torno al desecho textil se realizaron en el año 2008 estas no resonaron en las autoridades correspondientes, a raíz de nuevas denuncias realizadas por la presencia de este vertedero en el año 2022 la abogada ambientalista, Paulin Silva, quien realiza una demanda por daño ambiental al Estado de Chile, con el fin de resguardar el medio ambiente y a la ciudadanía existente en la zona.
Por otra parte, la ropa se va desintegrando con el sol y aquello genera que los micro plásticos de la ropa lleguen incluso al mar y las poblaciones aledañas.
Los textiles se continúan acumulando y muchas veces por esta acumulación, los químicos, la temperatura del desierto y otros desechos detonantes que pueden producir incendios,[5] provocando polución, afectando la salud de los habitantes de Alto Hospicio y aportando negativamente a la contaminación del medioambiente.
La salud pública que prima tras la reciente pandemia mundial de COVID-19 más conocida por coronavirus, pero parece no ser suficiente cuando se trata de este nivel de contaminación que ha llegado a noticieros internacionales, además del ojo crítico de National Geographic,[8] Greenpeace y las Naciones Unidas,[9] quienes califican este hecho como una “emergencia medioambiental y social”.
A pesar de las críticas tanto internas como externas no se ha entregado una respuesta concreta por parte de las autoridades del estado y el vertedero ilegal sigue en crecimiento cada día como una montaña de ropa que recibe cargamentos en el desierto considerado el más árido del mundo.