Este tipo de experiencias son muy comunes en cuentos y películas populares en las que el personaje principal se enfrenta en diversas peripecias que, una vez superadas, le permitirán concluir su misión.
Entre las culturas que todavía conservan estos ritos se encuentran una multitud de tribus primitivas cuyos miembros púberes deben pasar a la madurez de esta manera, tribus urbanas, algunas sectas religiosas, sociedades esotéricas (francmasonería) e incluso sociedades mafiosas que imponen algún tipo de prueba para entrar.
El protagonista sufre un viaje iniciático de calibre tal que al final del mismo trasciende de su humanidad para convertirse en un igual a los Grandes Galácticos que insuflaron la inteligencia en la especie humana.
[3] También relata un viaje iniciático la novela Floriran roselles (Un viatge a Terradepau), ópera prima del escritor catalán Marcel·lí Mora.
En la obra, el príncipe Almaric emprende un fabuloso viaje en búsqueda del legendario reino de Terradepau.
En su aventura, lo acompaña Bartomeva, una tortuga que habla, y el inspirador Còdex dels Venerables.