Fue maestro en Alcora para luego seguir en su localidad natal.
[2][1] Permaneció en su localidad natal, a pesar de haber podido huir camino de Valencia con toda su familia con los salvoconductos que le habían sido facilitados, por considerar que, no habiendo cometido delito de sangre alguno, nada debía preocuparle.
Permaneció detenido a espera de juicio en la prisión de la Mercé, junto a otros 1900 republicanos.
A pesar de negar todas las acusaciones, y reconociendo su militancia en el PSOE y la UGT, fue llevado ante un Consejo de Guerra en el primer piso del Gran Casino de Burriana (lugar habitual de los mismos desde el fin del conflicto) y condenado a muerte por ser "responsable más o menos directo de cuantos actos se realizaron en Burriana".
Otros ocho miembros del Consejo Municipal de Burriana fueron fusilados tras la guerra.