[2] En el otoño de 1833 viajó a Roma con una beca y vivió allí con Wasmann.
[2] Seguía trabajando con Heinrich Maria von Hess en los frescos de la Abadía de San Bonifacio en Múnich, pero tuvo que dejar el trabajo debido a que su enfermedad empeoraba.
[2] Había legado el trabajo restante a Wasmann, en cuya finca fueron redescubiertas tiempo después.
[2] Pinturas y bocetos al óleo más pequeños, afortunadamente conservados, confirman el talento original para pintar de Janssen.
Asimismo, una calle de Hamburgo, la Emil-Janßen-Straße, lleva su nombre en honor del pintor.