Debido a la buena posición económica de su familia, sumadas su notable belleza y solidaridad con los carenciados, se la comenzó estimar como "Doña Vito".
En 1829, al concluirse la Guerra del Brasil mediante un tratado de paz firmado por el gobernador bonaerense Manuel Dorrego el año anterior, el general unitario José María Paz decidió avanzar sobre la provincia de Córdoba para imponer al unitarismo.
Por este motivo –y aunque acérrima federal– Victoria Romero se unió a la campaña unitaria de la Coalición del Norte contra Rosas, participando en la batalla de Rodeo del Medio, el cual fue un triunfo para las tropas rosistas.
En 1861, Victoria Romero acompañó a su marido y a los caudillos Felipe Varela y Ricardo López Jordán en la batalla de Pavón, la cual habría resultado una victoria segura para ellos, pero sin embargo, debido a que Justo José de Urquiza los traicionó retirando la artillería y la infantería, todo culminó en un enigmático empate.
Al concluir esta, "El Chacho" Peñaloza fue acorralado por una partida enemiga, sin embargo, su esposa, Victoria Romero, se apresuró a reclutar, liderar y armar lo mejor que pudo a la restante vanguardia para rescatar a su marido y posibilitarle la huida, lo cual –y aunque le costó una grave herida– logró con éxito y le valió el apodo de "La Chacha".