Ya en 1915, el Tribunal Supremo tuvo que fijar postura en ese tema, y en el caso Mutual Film Corp.
Tras recordar como ya en la Divini ilius Magistri[2] señaló la importancia de orientar adecuadamente para la instrucción y educación los medios de difusión, el papa expone brevemente cómo se ha afrontado esta cuestión en Estados Unidos.
El cine está tomando en todo el mundo un papel de primer orden en el descanso y la recreación.
Pasa el papa a exponer algunas medidas prácticas para llevar adelante las orientaciones que ha expuesto.
Con este fin se deben establecer en cada nación unas oficinas a las que se le encomiende la calificación de las películas; la colaboración entre las oficinas de los distintos países dará especial eficacia a esta tarea, que se debe encomendar a personas prudentes y familiarizadas con las técnicas cinematográficas, contando además con la asistencia de un sacerdote elegido por los obispos.