El edificio se atribuye a Andrea Palladio basándose en un dibujo de la villa que es indudablemente del gran arquitecto.
En 1996 la Unesco incluyó al edificio en el conjunto Patrimonio de la Humanidad «La ciudad de Vicenza y las villas palladianas del Véneto».
Fragmentos de decoración mural testimonian que la villa estaba en origen completamente decorada; algunos de los frescos son del siglo XVI.
Se trata, en definitiva, de un proyecto de transición, en el que encontramos todavía por vez primera completamente formulados los rasgos característicos del lenguaje palladiano.
Junto a ellas conviven las sugerencias formales derivadas de las grandes estructuras termales antiguas, conocidas por Palladio en su primer viaje a Roma de 1541, bien reconocibles en la logia, en las estructuras abovedadas de las habitaciones y en la serliana utilizada como filtro frente al ambiente exterior.