Por un lado, durante mucho tiempo, la parte agrícola fue descuidada por excavaciones más preocupadas por encontrar objetos hermosos que por seguir el rastro de una vida cotidiana en una explotación agrícola, y por otro lado, los edificios que lo componen suelen estar peor conservados o son menos fáciles de identificar.
Generalmente, comenzaron como edificios simples y gradualmente asumieron una estructura de peristilo, donde la casa se diseñaba alrededor de un atrio central o patio o jardín rodeado por un pórtico con columnas.
Se han podido así identificar una serie de almazaras en el España, África o Levante mediterráneo romano.
La cuidadosa excavación de una pars rustica puede aportar datos considerables sobre la economía agrícola romana.
Allí se incluían detalles de las villas y sus operaciones con trabajo esclavo, en el siglo II.