Virgen niña dormida (Zurbarán)

[1]​[2]​ La Iglesia de la Contrarreforma se mostró tolerante con estos relatos, siempre que no contuvieran nada contra la Fe.

La virgencita lleva una túnica —muy larga, habitual en Zurbarán— adornada de encajes en el cuello y los puños, del delicado color rosa-rojizo propio del pintor a partir de 1650, con hermosos pliegues muy ondulados.

Se ha quedado dormida mientras leía, apoya su brazo derecho sobre una silla, y está sentada sobre un gran cojín rojo, con una borla dorada.

Cada una representa una cualidad de la Virgen: rosa, amor, clavel, fidelidad, lirio, pureza.

[10]​ Este lienzo fue publicado en 1928, señalando Matías Díaz Padrón su mal estado, con rasgones, resquebrajaduras y repintes.

Versión de la Colección de Banco Santander
Versión de la Catedral de Jerez de la Frontera