Hija de la francesa Maria Jaussaud y el austriaco Charles Maier, Vivian Maier nació en Nueva York, aunque pasó gran parte de su juventud en Francia.
[2] En 1951, con 25 años y sin su madre, se mudó a Nueva York y empezó a trabajar como niñera, labor que continuará profesionalmente durante el resto de su vida.
[3] Allí, la familia para la que trabajaba le permitió tener un pequeño cuarto de baño junto a su habitación, que Maier comenzó a utilizar como cuarto oscuro para revelar algunas de sus fotografías.
En esta época comienza Vivian Maier a tomar fotografías en color, utilizando carretes Kodak y distintos tipos de cámaras réflex.
En una situación precaria, logró trabajar con una familia que le permitió mantener durante algún tiempo un pequeño estudio.
Solo tomaba fotos sin descanso y sin que pareciera importar el resultado final.
Fue entonces cuando el reputado crítico e historiador de fotografía Allan Sekula se puso en contacto con él para evitar que siguiera dispersando aquel material prodigioso y lleno de talento.
[3] John Maloof buscó más información en internet y encontró que había fallecido dos días antes de la búsqueda.