La creación cinematográfica de Ioviță se caracteriza por una "alta cultura profesional, por una combinación orgánica de lo veraz con lo artístico, por una fuerte expresividad artística y por tendencias reales hacia la balada".
A partir de 1958, Vlad Ioviță publicó versos, bocetos y cuentos.
Hizo su debut editorial con el volumen de cuentos La risa y el grito del vino (1965).
Sus cuentos han sido traducidos al ruso, alemán, eslovaco, etc. Como prosista, Vlad Ioviță es casi desconocido en Rumanía debido a que su obra no se publicó en escritura latina, a excepción del volumen de prosa Una hectárea de sombra para el Sahara .
Entre sus cuentos más conocidos mencionamos Chico guapo, Sirena, Magdalena, etc.