Fue un importante ejercicio de la ergonomía, centrado en el género femenino.
El diseño exterior del coche parecía, a primera vista, como un automóvil cupé ligeramente futurista.
De cerca se podía ver que no había campana, es decir, el panel de acceso que no permitía el acceso a la cabina del motor.
Tiene un motor de mantenimiento que requiere sacar toda la parte delantera del coche, de preferencia en algún establecimiento con el espacio y equipo necesario.
Las encuestas de Volvo habían encontrado (entre muchas otras cosas) que las mujeres conductoras lo consideran una de las principales molestias.