Vuelo 301 de Palair Macedonian Airlines

Fue superado pocos meses después en el mismo año cuando un Yakovlev Yak-42 impactó contra una montaña cerca de Ohrid.

[3]​ Apenas 2 segundos después del despegue de la pista 34, el avión comenzó a sacudirse violentamente.

[5]​[3]​ El primer informe del accidente fue recibido por un emisario de las Naciones Unidas que oyó el impacto mientras circulaba por rampa.

[6]​[7]​[8]​ La información meteorológica recogida por los investigadores sugiere que se había registrado nevadas de leves a moderadas tanto antes como en el momento del accidente.

Los trabajadores del aeropuerto indicaron que la nieve se derretía una vez tocaba el suelo.

Antes del accidente, no había nieve visible en pista, calles de rodaje o plataformas.

Los testimonios recogidos por los investigadores sugerían que la inspección se había concentrado en el ala derecha.

[3]​ Las estimaciones de los investigadores llevaban a plantear que el avión se había visto expuesto a precipitaciones ligeras, que posteriormente se convirtieron en moderadas, por un plazo de 1 hora y 15 minutos, acumulando contaminación en las alas.

Debido a las condiciones meteorológicas prevalentes, los investigadores creían que la superficie superior del ala del avión se había cubierto con una delgada capa de nieve y que podría haberse congelado.

Sin embargo, debido a la altura de la aeronave, solo las personas más altas podían hacerlo.

Investigaciones avanzadas revelaron que el avión había llegado a Skopie con una gran cantidad de combustible «muy frío».

Ya que la nieve de la parte interna se había derretido, esto pudo haber creado la impresión de que no quedaba nieve en las alas y que toda se había derretido, incluyendo aquella presente en la parte externa, motivo por el cual los investigadores hablan de ilusión.

[3]​ Durante los vuelos previos del avión a Skopie, operados por la misma tripulación, la meteorología no fue en condiciones de ventisca.

Solo se habían enfrentado a una leve nevada en la aproximación previa del avión a Skopie y los testimonios afirmaban que los copos de nieve se derretían al entrar en contacto con un objeto.

El ingeniero de vuelo fue considerado como una persona con una gran experiencia, y por ello la tripulación creyó sus palabras cuando dijo que el avión no requería deshielo.

Restos de la aeronave tras el accidente.