Fue un oponente del conductismo y se mantuvo algo apartado, por tanto, de la corriente central del pensamiento psicológico de la época en Estados Unidos (en la primera mitad del siglo XX); pero su trabajo era muy conocido y respetado en el campo de la psicología, solo que el conductismo de Watson uniría entre sus adeptos a Skinner en el país norteamericano (las tendencias eran diferentes entre Estados Unidos, y Reino Unido, país en el que McDougall se había formado).
[1] Oponiéndose al conductismo, defendió que la conducta está orientada, en general, a un objetivo (goal-oriented and purposive), un enfoque al que llamó psicología hórmica (hormic psychology).
En 1920 sirvió como presidente de la Society for Psychical Research, y al año siguiente, su homólogo en los Estados Unidos, la American Society for Psychical Research.
Mientras McDougall fue una figura ciertamente heterodoxa y siempre dispuesta a tomar una postura minoritaria si ésta le parecía la correcta (como se observó cuando se trasladó a Estados Unidos, donde se afincó tras terminar de estudiar y de dar clases en algunas de las universidades más prestigiosas), no hay razón para suponer que a la luz de los conocimientos psicológicos modernos y los desarrollos políticos, hubiera apoyado la posición tomada por estos grupos que parecen anteponer lo políticamente correcto y sus finalidades políticas a las observaciones científicas y empíricas.
Pese a lo criticado que investigadores como Konrad Lorenz han sido, éste entre otros, recibiría un premio Nobel por sus investigaciones, descubrimientos y aportaciones a la humanidad.