[2] Principalmente era el lanzador que jugaba antes del cerrador Bruce Sutter en esos años.
[6] En esa temporada lanzó en 75 partidos (en 75 innings), lo máximo que había lanzado en su carrera en ese entonces, utilizado principalmente como relevista, su efectividad bajó a 3.00, ponchó a 54 y tuvo 10 salvamentos, la mayor cantidad en su carrera en ese entonces.
[2][6] El Chicago Tribune publicó que Hernández en la temporada de 1982 apareció con "una nueva personalidad: confiable, agresivo, fuerte.
[10] Era utilizado principalmente como el preparador del cerrador de los Phillies Al Holland.
Era la primera vez que Hernández le lanzaba un pelotazo a alguien en la cabeza, pero al menos Ford se recuperó y salió por sus propios medios.
[14][15] En esa temporada de 1984, Hernández lideró la Liga Americana en partidos lanzados con 80, un récord en los Tigers.
[2] A finales de agosto, participó en 39 partidos donde debía proteger una ventaja, teniendo éxito en todos ellos.
También ganó la Serie Mundial en ese año, algo que solo habían conseguido Sandy Koufax y Denny McLain.
[2] En 1986 jugó 64 partidos y fue seleccionado al Juego de las Estrellas por tercera ocasión.
[2] Como el nivel de Hernández bajaba, en Detroit los aficionados y periodistas deportivos criticaban su alto salario.
[25] Un mes después del incidente, Hernández preguntó por que en el estadio lo anunciaban como "Guillermo" en lugar de "Willie" como en las anteriores temporadas.
[27] Sin embargo, Hernández permaneció como alguien impopular para los aficionados que lo abuchearon en el primer partido de la temporada.
[2] En 1990 tras una cirugía antroscópica en su hombro izquierdo, Hernández fue al entrenamiento de primavera con los Oakland Athletics.
[30] Tras hacer prueba fue liberado en marzo por tener el hombro canzado, pero intentaría regresar en mayo.
[35] Cuatro años después, durante la huelga de 1994–95, Hernández intentó regresar con los New York Yankees.
Le diagnosticaron asma y diabetes, además de sufrir varios infartos.