Wu Hu

Poco tiempo después, este grupo armado ejecutaría el mismo golpe contra la segunda sede imperial alzada tras la caída de Luòyáng: Chang'an (長安).

La primera aparición del binomio, la encontramos en el Shíliù Guó Chūnqiū (十六國春秋),[3]​ elaborado por Cuī Hóng (崔鴻), entre el 501 y el 522.

Esta pérdida, no ha evitado ver cómo sobre esta obra, se levantó gran parte del cuerpo de otras célebres historias dinásticas, como el caso del Wèi Shū (魏書) y el Jìn Shū (晉書).

Tradicionalmente, el número cinco (5), se erigía como el numeral elegido para ubicar el conjunto de direcciones conocidas (sur/norte, este/oeste y centro), al mismo tiempo que también podía encarnar el concepto taoísta de los procesos (行) que regían al universo.

Por consiguiente, la utilización del carácter 五, no evocaba necesariamente la alusión a cinco ramas o grupos étnicos pujantes, sino en última instancia, la indicación de la totalidad de grupos foráneos situados en todas las direcciones en las que se extendía la cultura sínica.

En segunda instancia, la utilización del carácter 胡, debe ser tomada con suma cautela, habida cuenta la polivalencia del carácter y su diferenciación étnica a lo largo de diferentes dinastías y épocas, comenzando a ser observado en las fuentes durante el período Chūnqiū (春秋).

Por consiguiente, dependiendo de la época histórica en la que nos ubiquemos, podrá ser referencia hacia unos pueblos u otros.

Por consiguiente, el término 胡, en este caso concreto, adopta una función no geográfica como en algunos casos, ni tampoco concretamente étnica, sino puramente foránea, exógena, discriminadora, de una población contraria a la población hàn o nativa.

Un primer error táctico, fue la minusvalorización del poder de los grupos nómadas y hostiles situados en el norte, con el famoso caso de Tūfà Shùjīnéng (禿髮樹機能), que logró derrotar e imponerse frente a las tropas Jìn.

Desde que estos últimos viesen fragmentada su confederación durante las últimas décadas del siglo I a. C., además de la disgregación de diferentes grupos que buscaron ya únicamente su propia legitimidad y rol en las estepas, la dinastía Hàn ya solo tendría en lo sucesivo, un grupúsculo xiōngnú fiel a su mandato, situado en la región del Ordos, conocidos desde el siglo I d. C. como nán xiōngnú (南匈奴) o "xiongnu septentrionales".

Este linaje superviviente de la otrora magna confederación, mantuvo un papel controvertido durante toda su existencia como vasallos Hàn.

Si por un lado en ocasiones podían acudir prestos a las órdenes dirigidas por los delegados del Emperador en algunas de las campañas o misiones de defensa fronteriza, en otras circunstancias eran justamente estos xiōngnú los que provocaban disturbios y saqueos hacia las comandacias y provincias más cercanas, por lo que su lealtad, no fue siempre totalmente íntegra.

En este punto, la ya peligrosa situación, se agravaría aún más con el nombramiento en el 290, de un líder inadecuado: Sīmǎ Zhōng (司馬衷), quien mantendría su posición hasta el 301.

No obstante, los cinco primeros años del gobierno (290-295), estuvieron marcados por una constante de cambios y luchas por el poder a nivel puramente civil, sin la mediación o aparición de ningún poder político foráneo.

Teniendo en cuenta la ubicación del mismo (extremo noroeste) y la poca extensión del territorio reclamado, se entiende en última instancia su supervivencia durante más de dos siglos de existencia, hasta su sometimiento definitivo en el 447 frente a los Tuoba.

El grueso del ejército que había acompañado al regente, ya sin líder y con la presencia de sus hijos y algunos cargos afines, intentaron desplazarse hacia el este, huyendo de la capital, en dirección a la región de Dōnghǎi (東海): en esta marcha y aún con el cuerpo del regente, fueron asaltados por las tropas de Shí Lēi (石勒), quien consiguió derrotar al grueso de las fuerzas, ejecutar a los hijos del regente e incinerar como castigo el cuerpo del mismo, en base al gran mal y daño que había ocasionado tanto a la dinastía Jìn como también a la propia Hàn Zhào.

Una vez derrotadas las últimas defensas aún capaces de organizar una resistencia directa en la capital, con la misma ya totalmente desprovista de protección alguna, Liú Cōng solo tuvo que esperar el momento adecuado para proceder al asalto final.

Décadas después, cuando el caos y la crisis tras la toma de Luòyáng se desvaneció, las autoridades Jìn, fortalecidas desde el sur, trataron de efectuar hasta tres expediciones (354, 356 y 369) al mando del célebre Huán Wēn (桓溫), con resultados inconclusos.

En la primera de ellas, Huán Wēn logró derrotar a los ejércitos enemigos, consiguiendo tomar inclusive Chang'an y parte del territorio del noreste, para poco después tener que regresar y perder todo el terreno conquistado por falta de víveres.

Una vez finalizada esta desastrosa campaña final, los Jìn jamás volvieron a encabezar ningún movimiento de ataque o reconquista del territorio perdido.

Aún más: décadas después (420), apenas llegarían a sostener su propia legitimidad, siendo derrocados por un general del estado, Liú Yù (劉裕), que fundó su propia dinastía: la conocida como dinastía Liú Sòng (劉宋).

En el norte, la lucha entre los diferentes estados y dinastías autoproclamadas, seguiría durante prácticamente un siglo, hasta el comienzo de la conquista Tuoba a finales del IV d. C., que traería la ansiada paz y unión a las regiones del norte en el 439, perdurando hasta el 529, cuando la dinastía acabó escindiéndose en dos partes enfrentadas.

Si bien desde el sur se consideró un oprobio y castástrofe todo este período, la inclusión de un poder foráneo trajo consigo ciertas peculiaridades e innovaciones nunca antes vistas en la tierra sínica.

Enlace directo a la historia dinástica: https://zh.wikisource.org/wiki/%E5%AE%8B%E6%9B%B8 Sòng Shū (宋書), Volúmenes del 95 (卷九十五) al 98 (卷九十八).

Al igual que en la historia dinástica precedente, nos encontramos ante varios volúmenes dedicados a los diferentes clanes o figuras históricas de los líderes hù.

Esta última fuente, constituía al completo el compendio definitivo de los diferentes dominios y dinastías regionales organizadas por los hù, lamentablemente ya perdida como señalamos líneas atrás.

The exemplar State: ideology, self-cultivation, and power in Fourth-Century China https://www.jstor.org/stable/2719299 HOLCOMBE, CHARLES.

Estatuilla de cerámica en representación de un guerrero (胡) . Originariamente debió portar un escudo e hipotéticamente algún arma arrojadiza o de combate cuerpo a cuerpo. Las facciones corporales de este tipo de estatuillas intentan remarcar también artísticamente, la diferenciación entre el físico de los pueblos foráneos y la población hàn. La presente figurilla, se exhibe en el museo de Sānménxiá (三门峡), provincia de Hénán (河南)
Mapa aproximado de los dominios directamente gobernados o sometidos al control del aparato burocrático Jìn. Gran parte de la región del Ordos, se encuentra sometida a las ramas dependientes y teóricamente leales de los xiōngnú, ya sinizados en buena medida durante esta época. Al mismo tiempo, pueden encontrarse también grupos qiāng (羌) diseminados por la zona, igualmente dependientes del gobierno Jìn
Situación aproximada de las principales poblaciones exógenas en torno a la frontera norte de la dinastía Jìn. De todos los señalados en el mapa, los xiōngnú son justamente los mejor situados y beneficiados de la caótica ruina Jìn. A ello, debe unirse la excelente ventaja geográfica que aporta su residencia en la región del Ordos, donde pudieron mantener su caballería y tradiciones hípicas aun cuando llevaban ya casi dos siglos de sinización, tal y como es señalado en las fuentes. Estas ventajas, otorgarían en un primer momento el mayor impulso y fuerza a los sinizados xiōngnú