Ksenia Grigórievna Petrova (Ксения Григорьевна Петрова) (ca.
1803) es una santa ortodoxa, "loca por Cristo", que vivió en el siglo XVIII en San Petersburgo durante el reinado de Isabel I y Catalina la Grande.
La mujer devota donó su casa y bienes, se puso el uniforme de su marido y decía que él estaba vivo y que Ksenia había fallecido.
Aunque parecía una vagabunda loca, ayudaba a la gente y esta notó que traía suerte y que predecía el futuro.
Fue canonizada por el Concilio local de la Iglesia ortodoxa rusa en 1988.