Esta denominación de Armiña está sujeta a controversia, ya que algunos[1] sugieren que se trata de un error de bulto cometido en torno a 1917, que viene siendo arrastrado desde entonces de publicación en publicación, dando lugar a confusiones, como la de la Carta Arqueológica de Vizcaya de 1982,[2] donde se reseña este yacimiento, pero atribuyéndole la topografía del Sistema de las Lamiñas (error explicable porque, fuera del ámbito arqueológico, nadie conoce como Armiña a esta cavidad).
[3][4][5] Así, dichas fuentes defienden que habría que caracterizar este yacimiento como uno más de los varios que se encuentran en la cueva de Atxurra, y que se distinguen fácilmente especificando el lugar de la gruta en el que se encuentran.
Este yacimiento del nivel inferior es localizado a principios del siglo XX por Augusto Gálvez-Cañero (aunque en 1882, Ramón Adán de Yarza y José María Solano ya habían recogido diversos restos paleontológicos, entre ellos Ursus spelaeus, en el nivel superior),[6] quien practicó una cata donde aparecieron materiales magdalenienses.
[7] Fueron examinados por Edouard Harlé en 1909, quien determinó entre ellos Rangifer tarandus, resultando ser el primer vestigio de reno encontrado en Vizcaya.
[8][9] Actualmente está en proceso de revisión por parte del equipo de Joseba Rios-Garaizar y Diego Garate.