Yang Bin (empresario)

[4]​ Aquello no gustó al régimen chino, y menos aún los planes norcoreanos para desarrollar una zona fronteriza de carácter especial a sus espaldas.

Su detención por delitos fiscales, aunque no carente de mérito, fue motivada por dicho proyecto y tuvo como propósito ponerle fin.

[1]​ Sin embargo, su carácter emprendedor le motivó a dejar el ejército y, en 1987, con 26 años, emigró a Países Bajos, adentrándose en el mundo de los negocios hasta llegar a tener en propiedad una fábrica de textil en Róterdam, mostrando un interés cada vez mayor por el mundo de la agricultura desde la perspectiva empresarial.

Por aquel entonces obtuvo también la nacionalidad neerlandesa, y poco después (en 1995) regresó a China, donde emprendió su primera granja de orquídeas en Shenyang, empleando modernas técnicas hortícolas que importó de Países Bajos, y que en poco tiempo resultaría ser un negocio muy lucrativo.

[5]​ Para reforzar la alianza regional con el país que él consideraba primordial para el éxito del proyecto, Bin planeó que la región sirviera de puerta de entrada al mercado japonés; con este fin nombró a un «embajador» ante Japón al margen de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

[8]​ Durante sus años en prisión, el Gobierno norcoreano intentó conseguir su excarcelación en varias ocasiones, también en tiempos de bonanza en las relaciones entre ambos países, pero sin éxito.

[9]​ Se vio en público por primera vez tras su excarcelación en Taiwán, donde, según informaciones, sigue empeñado con la idea de la región de Sinuiju, intentando atraer a inversores y figuras políticas al proyecto.

Se ha publicado que se había reunido con la alta clase empresarial del país isleño, incluyendo el influyente Liu Tai-ying, un empresario prooccidental, quien fue consejero político especial del presidente y, posteriormente, presidente de la China Development Financial Holding Corporation.